Si la motivación de su viaje es la gastronomía y su cultura culinaria, Curacaví tiene una propuesta muy diversa a pocos minutos de Santiago, aquí encontrará un destino con fuerte influencia de tradiciones y platos típicos del campo chileno, sus sabores harán experimentar y saborear la esencia de nuestra cocina. Curacaví es un lugar donde las Fiestas Patrias se sienten los 365 días del año. Es una tierra de dulces y chicha, donde también se elaboran unas sabrosas y variadas empanadas, un rico pan amasado, junto a una diversidad de productos locales, tales como: chocolates, miel, mermeladas entre otros, que sin duda sorprenderán su paladar.
La chicha artesanal de Curacaví es una bebida alcohólica tradicional chilena elaborada con uvas Vitis Vinífera y cocida en fondos de cobre sin ingredientes artificiales. Su proceso de molienda manual, conocido como «zarandeo», permite la separación del orujo y el zumo de uva. En el año 2017, recibió la denominación de origen debido a su proceso de elaboración artesanal y natural. La chicha se puede consumir cruda o cocida, y su mayor consumo se asocia a las celebraciones de fin de cosecha y las Fiestas Patrias chilenas. La Municipalidad de Curacaví ha creado la «Fiesta de la Chicha», un evento gratuito que se realiza en abril y reúne a los chicheros artesanales de la comuna, así como a sus artesanos, emprendedores y artistas musicales.
En el año 1630 comienza la elaboración de la chicha artesanal de Curacaví con las primeras parras provenientes del sector de Molina, en 1900 comienza su plantación en forma masiva en la región, su característica principal es la cocción realizada en fondos de cobre, elaborada en base a un tipo de uva Vitis Vinífera, sin incorporar ingredientes extras, naturales o químicos. Las etapas de molienda y triturado, se realizan con las manos, proceso conocido como “zarandeo”. Esto permite la separación del orujo y el zumo de uva, para luego llevar este mosto a cocción en fondos de cobre. El producto final es envasado y acopiado en barricas o tinajas de greda bien selladas en lugar fresco.
Algunos registros de la historia señalan que la preparación de la chicha en el continente era una actividad a cargo de las mujeres y su consumo estaba muy vinculado a la vida social y a los momentos trascendentes de la vida de las personas, así como a grandes ocasiones de la vida comunitaria y ceremonias o rituales.
En el año 2017 el Instituto Nacional de Propiedad Industrial (INAPI) otorga la denominación de Origen a la Chicha de Curacaví, certificando su proceso de molienda totalmente artesanal, esto debido a las características de su elaboración, el que fue acreditado con la presencia de factores naturales y humanos, y sin la intervención de ingredientes artificiales. Su mayor consumo se asocia a las celebraciones de fin de cosecha denominada “vendimia” (marzo-abril), y de las Fiestas Patrias chilenas (septiembre). Su color varía de rojo a rojo púrpura y el contenido alcohólico de la chicha es de 3 a 7 grados por ciento (v/v).
La chicha se puede consumir “cruda” o “cocida”:
CHICHA COCIDA: También conocida como “chicha dulce”, que como su nombre indica, se elabora cocinándose para que perdure más tiempo el sabor dulce de las uvas maduras.
CHICHA CRUDA: Este brebaje se obtiene una vez fermentado el jugo de la uva, sin proceso posterior (solo para la vendimia).
La Municipalidad de Curacaví ha creado la “Fiesta de la Chicha” que es un evento para relevar que se realiza en el mes de abril con una duración de 3 días que reúne a los chicheros artesanales de la comuna. Asimismo en la muestra participan: artesanos, dulcerías, emprendedores y artistas musicales. El evento dirigido a toda la comunidad y visitantes es totalmente gratuito.
La tradición de los dulces chilenos data de épocas coloniales y con denominación de origen desde el año 2017. Según los registros municipales, en el año 1910 se otorga a Justo Poblete el primer permiso para la elaboración de dulces. En épocas de fiesta, era común que en todas las casas de campo se elaborarán distintos dulces artesanales, hechos de masa cocida al horno y rellenos con manjar, melcocha, o dulce de alcayota y pera. Los dulces eran entregados como regalos al festejado.
La tradición de los dulces chilenos data de épocas coloniales y con denominación de origen desde el año 2017. Según los registros municipales, se le otorga en el año 1910 a Justo Poblete el primer permiso para la elaboración de dulces. En épocas de fiesta, era común que en todas las casas de campo se elaborarán distintos dulces artesanales, hechos de masa cocida al horno y rellenos con manjar, melcocha, o dulce de alcayota y pera. Los dulces eran entregados como regalos al festejado.
En el año 2017 este producto típico de Curacaví recibió la denominación de Sello de Origen, mediante el cual se reconoce sus cualidades artesanales, tradición e historia de un producto en relación al lugar donde este se produce. Este reconocimiento fue entregado por el Instituto Nacional de Propiedad Industrial – INAPI.
El dulce típico de Curacaví, según su preparación se clasifica en 13 tipos de dulces: chilenitos, alfajores, príncipes, empolvados, cocadas, merengues, empanaditas de peras y alcayotas, mil hojas, bizcochos o tortas, tacitas, hojas, huevo moll o molles y palita (INAPI, 2017).
La tradición de los dulces chilenos data de épocas coloniales y con denominación de origen desde el año 2017. Según los registros municipales, se le otorga en el año 1910 a Justo Poblete el primer permiso para la elaboración de dulces. En épocas de fiesta, era común que en todas las casas de campo se elaborarán distintos dulces artesanales, hechos de masa cocida al horno y rellenos con manjar, melcocha, o dulce de alcayota y pera. Los dulces eran entregados como regalos al festejado.
La tradición de los dulces chilenos data de épocas coloniales y con denominación de origen desde el año 2017. Según los registros municipales, se le otorga en el año 1910 a Justo Poblete el primer permiso para la elaboración de dulces. En épocas de fiesta, era común que en todas las casas de campo se elaborarán distintos dulces artesanales, hechos de masa cocida al horno y rellenos con manjar, melcocha, o dulce de alcayota y pera. Los dulces eran entregados como regalos al festejado.
En el año 2017 este producto típico de Curacaví recibió la denominación de Sello de Origen, mediante el cual se reconoce sus cualidades artesanales, tradición e historia de un producto en relación al lugar donde este se produce. Este reconocimiento fue entregado por el Instituto Nacional de Propiedad Industrial – INAPI.
El dulce típico de Curacaví, según su preparación se clasifica en 13 tipos de dulces: chilenitos, alfajores, príncipes, empolvados, cocadas, merengues, empanaditas de peras y alcayotas, mil hojas, bizcochos o tortas, tacitas, hojas, huevo moll o molles y palita (INAPI, 2017).
Pasteles elaborados en base a dos hojarascas redondas, rellenos con manjar y con cobertura de merengue.
Pasteles elaborados con dos hojarascas redondas y rellenas solo con manjar.
Pasteles elaborados con dos masas de hojarascas en forma ovalada, rellenos con manjar y cubiertos con merengue.
Pasteles elaborados con bizcochos rellenos con manjar y espolvoreados con azúcar flor.
Pasteles elaborados en base a bizcochos rellenos y pegados con manjar, su contorno esta cubierto con coco rallado.
Batidos a base de clara de huevos y almíbar, que una vez horneados se rellenan con manjar.
Masas dulces, redondas, a base de huevo, mantequilla, azúcar y harina, rellenas con dulce de peras o alcayotas. Con una brocha se da un baño de azúcar, yema y agua para luego hornear.
Dulces hechos por capas de mil hojas y rellenos con manjar.
Dulces que contienen una masa de hojarasca redonda, rellena con manjar o mermelada, una cubierta de merengue y adornos de mostacillas.
Pasteles elaborados en base a bizcochos rellenos con manjar, cubierta de merengue y tienen mostacillas como adorno en su parte superior.
Dulce en una hojarasca circular ovalada, con un relleno a base de yemas de huevos y almíbar, cubierto de merengue, en algunos casos con decoración con mostacillas.
Dulces realizados con masa de hojarasca en forma alargada, rellena con manjar o mermelada, cubierta de merengue y adornos de mostacillas.
Dulces a base de dos masas de hojarasca en forma alargada y relleno con manjar.
Conozca más de la tradición de los Dulces Chilenos de Curacaví, la invitación es a realizar un dulce viaje, en sus páginas se encuentra información relativa a la realización de los dulces tradicionales, las historias de sus cultores, sus prácticas, usos de ingredientes, materiales, artefactos, con el fin de documentar y contribuir al fortalecimiento de una de las expresiones patrimoniales más populares del zona central.
Conoce más de la tradición de los Dulces Chilenos de Curacaví, la invitación es a realizar un dulce viaje, en sus páginas se encuentra información relativa a la realización de los dulces tradicionales, las historias de sus cultores, sus prácticas, usos de ingredientes, materiales, artefactos, con el fin de documentar y contribuir al fortalecimiento de una de las expresiones patrimoniales más populares del zona central.
En la actualidad Curacaví está desarrollando una “ruta cervecera” con marcas consolidadas y otras artesanales emergentes, son más de 14 emprendedores que se encuentran combinando su experiencia con un entorno natural, en medio de la tranquilidad del Valle de Curacaví, sin duda un imperdible en su próxima visita
La propuesta de platos y sabores en Curacaví es diversa, en su visita encontrará una variedad de empanadas, pastel de choclo, cazuela, variados tipos de carne, horneados y cocinados de forma campestre y ahumados que sorprenderán a los comensales.
En la actualidad Curacaví puede ofrecer este tipo de Turismo que brinda una experiencia que va más allá de realizar una cata de vinos e incorporar conocimiento de esta industria, es conocer la historia de un proyecto familiar que soñó con sus viñedos, con realizar su propio vino. La invitación es a visitar el sector El Pangue, un pequeño valle en los cerros de la Cordillera de la Costa, a 700 metros sobre el nivel del mar y a 40km. del océano. Tiene un microclima de influencia costera y una altura que beneficia el cultivo de viñedos y cítricos. En este paisaje inspirador se encuentra la Viña López Pangue que logra una propuesta gastronómica y actividades que sorprenderán.
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